Bodega Martínez Corta
Respetar las tradiciones del vino de Rioja y, al mismo tiempo, reinventarlo para hacer un vino
diferente y lleno de personalidad, es algo al alcance de muy pocos.
¿Dónde se encuentran la Bodega Martínez Corta?
Bodegas Martinez Corta están ubicadas en Uruñuela, en el corazón de la Rioja Alta.
El Origen de la Bodega Martínez Corta
Martínez Corta es una Bodega del siglo XXI con profundas raíces y una sabiduría acumulada durante cuatro generaciones; un bagaje lleno de historias, añadas memorables y alguna que otra tormenta, que enriquecen cada uno de nuestros vinos.
Martínez Corta es fruto del esfuerzo y el trabajo de cuatro generaciones dedicadas a la viticultura. Un proyecto familiar que representa todo un trayecto iniciado con la plantación de las primeras viñas en las laderas situadas en la ribera del río Najerilla, junto a los pueblos de San Asensio y Torremontalbo.
Desde entonces y hasta el día de hoy, el apellido Martínez Corta ha ido ligado a una historia de sabiduría y pasión por el vino, junto a un esmerado cuidado del viñedo que no solo ha sabido transmitirse de padres a hijos, sino que, además, ha ido enriqueciéndose con la visión renovada de los más jóvenes.
El resultado es una muy cuidada gama de vinos y una innovadora Bodega con una característica planta octogonal rodeada por un paisaje adornado por el viñedo. Una fusión perfecta entre modernidad y tradición que representa el espíritu de la marca.
La Viticultura de la Bodega Martínez Corta
Martínez Corta cuenta con una gama de vinos enraizados en la tradición, pero con un marcado carácter contemporáneo, gracias a la intervención de innovadoras técnicas de elaboración, así como a la combinación de viñedos centenarios y cepas más jóvenes, que dotan al vino de complejidad y rasgos propios.
Un total de ochenta hectáreas ubicadas en una zona excepcional, entre los ríos Ebro y Najerilla, donde la humedad ambiente y los factores topográficos crean unas situaciones climáticas muy particulares, mezcla de inviernos suaves y veranos cálidos y secos, con fuertes oscilaciones térmicas entre el día y la noche en la época de maduración.
Allí el suelo es calcáreo y arcilloso, pobre y muy sano, lo que resulta ideal para el cultivo de la vid, asegurando cosechas de baja productividad y alta calidad. Además, la orientación sur de los viñedos garantiza el máximo aprovechamiento de la luminosidad. Todo ello, unido a la equilibrada pluviometría, da como resultado unas condiciones climáticas que favorecen el buen desarrollo de la vid, desde la raíz hasta el racimo de uva. Prueba la personalidad de DOC Rioja de los vinos de la bodega Martínez Corta.