¿Por vosotros cuáles son los signos de la llegada de la primavera? ¿Los días que se alargan? ¿La subida de la temperatura? ¿Las hojas en los árboles?
Para nosotros la floración de las plantas es quizás uno de los momentos más claros de que la temporada de invierno ha terminado y, ahora sí, todo renace.
Incluso, con la floración de los almendros, a principios de febrero, parece que ya existe un anuncio de lo que se viene, aunque a veces, vuelvan los fríos intensos.
Hoy te traemos tres vinos que, a nuestro entender, por una característica u otra, nos invitan a gozar aún más del fenómeno de la floración y del inicio de la primavera.
Viña Esmeralda
Una de las características más reconocibles de la variedad muscato (moscatel) es su intensidad aromática en general, pero si presta un poco de atención sentiréis muy claramente el aroma de una de las flores más populares del mundo: la rosa.
Así pues, este vino, símbolo inequívoco de la mediterraneidad, es un claro evocador de la nueva estación, combinando su potencia aromática con una ligereza y una frescura que lo hacen perfecto para celebrar la llegada del buen tiempo.
Rebels de Batea Blanc
Una de las variedades mediterráneas por excelencia que también muestra a nivel olfativo un lado floral, quizás un punto más sutil, envolviendo los aromas de fruta. Aromas sutiles de flores blancas que pueden ir desde la flor de almendro hasta las características flores de la mimosa. Siempre con delicadeza, con sutileza.
Este vino de la Terra Alta, la denominación con más hectáreas de garnacha blanca en el mundo, surge de un proyecto de selección parcelaria de viñedos viejos que maduran muy lentamente, y que con diferentes pases de vendimia por tener diferentes grados de madurez, se sublima con un vino de gran tipicidad pero al mismo tiempo fresco y gente cargante, para evocarnos la llegada de la primavera como prólogo del verano.
Jean Leon 3055 Rosé
Prácticamente todas las culturas del mundo celebran la llegada de la primavera. Y una de las manifestaciones más espectaculares la encontramos en Japón. Todos han visto las imágenes espectaculares de la floración de los cerezos sakura que da pie a festival hanami. Sakura es el nombre del árbol, el cerezo ornamental, con la flor que se ha convertido en un símbolo nacional. Los festivales hanami se celebran reuniéndose familiares y amigos en los parques y compartiendo los alimentos, como un picnic, a la sombra de los sakura mientras observan la floración. Esta costumbre tiene varios siglos de antigüedad y ha registrado festivales hanami en el siglo III.
Cuando en la bodega Jean Leon crearon su rosado con la variedad pinot noir hicieron un vino que nos recuerda muchísimo al color de las flores de sakura, un muy pálido rosado con una frescura, una delicadeza y una ligereza que nos recuerda al vuelo de estas flores emprendidas por la brisa. Toda una declaración de intenciones a la hora de celebrar la llegada de la primavera.