Vinos para sorprender: variedades autóctonas
Seguro que te has dado cuenta de que en los últimos tiempos lo autóctono ha ganado relevancia, y el mundo del vino no es una excepción.
La filoxera, una plaga que afectó al sector durante la segunda mitad del siglo XIX, arrasó con casi todo el mapa vitícola del mundo. Tras décadas de recuperación, las variedades menos productivas quedaron relegadas en las nuevas plantaciones. Este fue un punto de inflexión que marcó una pérdida de identidad y de patrimonio enorme.
La respuesta ante un mundo globalizado va irremediablemente ligada a la búsqueda de la propia identidad como valor añadido.
Las variedades autóctonas son aquellas que cuentan con una larga tradición en un entorno particular y representan un rasgo distintivo de la zona de la que provienen. Esto se debe a que el lugar de origen y todo lo que lo condiciona resulta determinante en el vino y representa una seña de identidad y diferenciación.
Moll, giró ros y treixadura, tres variedades autóctonas que te sorprenderán
Hoy queremos hablarte de tres variedades autóctonas con las que viajaras automáticamente a su lugar de origen: Mallorca y Galicia.
- Moll. También conocida con el nombre de prensal blanc. Se trata de una variedad autóctona mayoritaria autorizada en Baleares. Parece ser que el origen se encuentra en el pueblo de Consell, en el interior de Mallorca, y que desde allí se extendió al resto de la isla.
- Giró Ros. Variedad recuperada y autorizada en Baleares desde 2011 y con muy buenas perspectivas. También se la conoce como girón blanc y se cultiva en las zonas de Felanitx y Manacor debido a su buen grado alcohólico y acidez.
- Treixadura. Variedad blanca autóctona de Galicia. Es una de las variedades gallegas más aromáticas. Su cultivo se promueve en diversas zonas, pero se considera la variedad principal de la DO Ribeiro.
Si aún no las conoces, estamos convencidos de que no tardarás en hacerte con unas botellas y ¡descubrirlas tú mismo!