Con una crianza mínima de 36 meses en botella, presenta un color amarillo pajizo con reflejos dorados, limpio y brillante, con una burbuja fina, persistente y de lento desprendimiento. Los aromas son elegantes y complejos, con abundancia de agradables y potentes notas de crianza, en las que también despuntan frutas blancas muy maduras. En boca se mezclan todas estas fragancias, equilibran y dan una sensación de plenitud y de complejidad muy elevada, ayudada por una burbuja extremadamente fina y bien integrada. El final es largo y destacan los olores de tostados y de frutos secos.