Celeste Rosé recoge la tradición vitivinícola de Cigales, la región al norte de Valladolid famosa por sus rosados tradicionales o claretes, que se caracterizan por ser una mezcla de variedades tintas y blancas y por su color vivo y sabor afrutado. El enólogo Juan Ramón García ha querido reinterpretar esta tradición a la hora de idear el nuevo vino de la gama Celeste. Por ello, ha seleccionado parcelas de tempranillo de al menos 40 años, en las que también hay presencia de variedades blancas, y realizado una maceración de pieles más prolongada que en la elaboración de rosados pálidos para dotarlo de más color y cuerpo. Tras la fermentación en depósitos de acero inoxidable, el vino se somete a una crianza de un mes en antiguos depósitos de hormigón subterráneos, otro guiño a la tradición vitivinícola de la región. El resultado: un vino de un suave color salmón, complejo e intensamente aromático, donde predominan los recuerdos de flores blancas, frutas de hueso y notas de anís. Es sedoso en su paso por boca, idóneo para tomar como aperitivo y también acompañando platos de pasta, ensaladas y pescados con salsas suaves de tomate.