El verano es una estación que invita a disfrutar del aire libre, de las terrazas y, por supuesto, de los vinos que mejor acompañan los días largos y las noches estrelladas. España, con su vasta diversidad de regiones vinícolas y variedades de uva, ofrece un abanico de vinos perfectos para elevar cualquier experiencia estival.
Variedades de España: un mosaico de sabores
Desde las frescas y atlánticas Rías Baixas hasta el calor continental de La Mancha, cada región de España tiene sus propias variedades que reflejan su clima, suelo y tradición. Para los días de verano, los vinos blancos como el Albariño de Galicia, con sus notas de cítricos y su acidez vivaz, son ideales para combatir el calor. Por otro lado, los Verdejos de Rueda, con aromas de frutas tropicales y hierbas, son perfectos para acompañar ensaladas y mariscos.
Vinos Icónicos: tesoros de la enología española
España no solo es famosa por sus variedades autóctonas sino también por sus vinos icónicos. El Rioja, con sus Tempranillos de cuerpo medio, brinda estructura y frescura, siendo un complemento ideal para las noches de barbacoa. Mientras tanto, el Ribera del Duero ofrece vinos más robustos que pueden ser disfrutados incluso ligeramente refrigerados para resaltar su frutalidad.
Vinos Mediterráneos: la esencia del verano
El Mediterráneo es sinónimo de verano, y sus vinos no son la excepción. En esta región, los Monastrell de Jumilla y los Garnachas de Priorat presentan vinos con cuerpo y carácter que evocan la brisa marina y los suelos pedregosos. No obstante, para aquellos que prefieren algo más ligero, los rosados de Navarra y los Cava de Cataluña ofrecen frescura y vivacidad que animan cualquier tarde de verano.
Vinos de Familia Torres: compromiso con la calidad y el medio ambiente
La Familia Torres, con su compromiso con la sostenibilidad y la excelencia, ha sido pionera en la producción de vinos de alta calidad que son perfectos para el verano. Sus vinos Pazo das Bruxas Albariño y Viña Esmeralda, una mezcla aromática de Moscatel y Gewürztraminer, son claros ejemplos de vinos que refrescan y deleitan. Además, su Sangre de Toro tinto, con su perfil afrutado y lleno de carácter, es un clásico del verano que se puede disfrutar ligeramente frío, ofreciendo una nueva manera de descubrir los matices de este vino emblemático.

